la perdida de un ser querido es una situación por la que muchos hemos pasado, o atravesaremos a lo largo de nuestras vidas. Si bien es una transición normal y naturales de la vida, no sabemos si por lo inesperado, nos deja una situación de aturdidos y sin palabras,. q no nos permita expresar nuestras sensaciones y sentimientos: nos apegamos a seres queridos q nos acompañan, nos complementan y terminan siendo partes nuestras. Toleramos su ausencia, si sabemos q esta no es duradera y q a pesar de la distancia, podremos recuperarlo, pero si tenemos q confrontarnos con la irreversibilidad de la muerte, entonces ya nada nos consuela, y la angustia y el miedo, se transforma en nuestra diaria compañía ¿será por eso q la perdida de un ser amado nos hiere haciéndonos sentir dolor insoportable, como si nos hubieran arrancado una parte vital de nuestros mismos?
En este trance se nos quiebra nuestro mundo, lo que hasta ese momento, ahora ya no lo es mas, perdemos el timón de nuestro barco, no sabemos como ni para donde seguir. Nuestra vida pierde sentido y muchas veces anhelamos la muerte como única salvación, una fantasía loca y desesperada de reunión con ese ser querido en algún otro momento
Nos duele el cuerpo y el alma, nada nos calma, la tristeza y el anhelo de recuperar lo perdido, nos agota, nos sumergimos en una búsqueda sin fin. Nuestra cabeza trabaja a ritmo alocada en su intento de encontrar respuestas a tantos interrogantes, pero como disco rayado, se repiten escenas, se reviven recuerdos en un intento de recuperar a ese otro aunque sea atravez de la memoria.
Nuestras lágrimas se transforman en el mejor modo de sintetizar el desasosiego, el vacío y el miedo de tener q enfrentar el mundo sin el otro. La culpa de no haber podido evitar de algún modo la muerte, y tener q lidiar con ella ahora, nos deja impotentes y nos hace sentir que ya no podremos nada.
En este trance se nos quiebra nuestro mundo, lo que hasta ese momento, ahora ya no lo es mas, perdemos el timón de nuestro barco, no sabemos como ni para donde seguir. Nuestra vida pierde sentido y muchas veces anhelamos la muerte como única salvación, una fantasía loca y desesperada de reunión con ese ser querido en algún otro momento
Nos duele el cuerpo y el alma, nada nos calma, la tristeza y el anhelo de recuperar lo perdido, nos agota, nos sumergimos en una búsqueda sin fin. Nuestra cabeza trabaja a ritmo alocada en su intento de encontrar respuestas a tantos interrogantes, pero como disco rayado, se repiten escenas, se reviven recuerdos en un intento de recuperar a ese otro aunque sea atravez de la memoria.
Nuestras lágrimas se transforman en el mejor modo de sintetizar el desasosiego, el vacío y el miedo de tener q enfrentar el mundo sin el otro. La culpa de no haber podido evitar de algún modo la muerte, y tener q lidiar con ella ahora, nos deja impotentes y nos hace sentir que ya no podremos nada.
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